26 mar 2014

¿Nictofobia o mal gusto?

La nictofobia se define como un persistente, anormal e injustificado miedo o fobia a la noche y esta estrechamente relacionado con el hecho conocido de que la vista del ser humano está severamente limitada por la obscuridad.

Y el miedo a la obscuridad es algo que parece afectar el juicio estético de los diseñadores automotrices.

Un elemento de vital importancia funcional y estética en un automóvil, cualquiera que este sea son sus lámparas, en su inicio fueron simples elementos con superficie reflejante redonda, la cuan dictaba su forma exterior.
Las marcas alemanas siempre han sido pioneras en este campo dado que el clima brumoso, muy común en Alemania exige mejores elementos ópticos.

Fue Mercedes-Benz, quien a inicios del siglo XX, moldeo las lámparas de sus automóviles a fin de mejorar su funcionalidad e integrarlos al diseño de sus vehículos.
Después de la sobriedad y elegancia de Mercedes no han sido pocos los diseñadores y fabricante que han intentado innovar las lámparas automotrices.
Una de las soluciones más repetidas y erróneas ha sido agregar más de dos pares de luces delanteras.

La configuración común de lámparas delanteras en un auto sería la siguiente: 2 luces principales, la mayoría con luces altas/bajas, direccionales y daytime running lamps integradas, y un par de fog-lamps, que en modelos básicos pueden ser luces direccionales o luces de estacionamiento.


Pero a lo largo del siglo XX hay ejemplos de diseños mal logrados y la mayoría parece tener en común la nictofonia de su diseñador, porque varios tienen más de 4 unidades luminosas en su frente.

Hay ejemplos verdaderamente exóticos como el Tatra 603, un exótico sedan de Checoslovaquia de los 60, como motor central trasero y cuatro puertas, que como no tenia en que ocupar su frente, este fue llenado con un housing para lámparas en el que albergaba 4 lámparas principales, además de un par de luces de niebla montadas sobre su parachoques delantero y un par de luces direccionales en sus salpicaderos.

Pero no solo exóticas marcas desaparecidas cometieron este error. El Aston-Martin Lagonda de 1976, tenía en su frente 4 luces de niebla, 2 lámparas de estacionamiento y dos direccionales ¡además de 4 faros principales abatibles sobre su frente!

Sin duda su diseñador tenía miedo a la obscuridad.

Aston Martin Lagonda / AutosMk

Miembros distinguidos del catalogo de los vehículos más feos de la historia siguen repitieron esta pifia estética, el Fiat Multipla, sin duda el auto más feos de la historia tanto por dentro como por fuera, no solo tuvo 6 faros y dos luces direccionales, sino que fue vanguardista al montar dos de ellos en… ¡La base de su parabrisas!

Fiat Multipla / AutosMk

Y como sería una lista de errores de diseño sin el omnipresente y feo representante de GM; ¡El Pontiac Aztek!
Concebido como SUV pero construido sobre una plataforma de minivan, el Aztek montaba también 3 pares de lámparas en su frente.

Y muchos fans de los autos pensaran que la cúspide del mal gusto automotriz concluyo con el Aztek… ¡Nada de eso!


Nissan, que bajo la tutela de Carlos Goshn ha sido mayormente acertada, carga sobre sus hombros “eso” que bautizaron como Juke y que, ¡no podía faltar! 

Pontiac Aztek / AutosMk

Monta 2 luces principales que parecen enormes fog-lamps redondas, dos luces auxiliares: ¡Sobre el cofre! Y dos minúsculas luces de niebla en su spoiler inferior.


Nissan Juke / AutosMk

¿Y qué decir del Cherokee de Jeep?
Parece que quiso dejar en claro la influencia de Fiat en su nueva personalidad y tiene 6 luces frontales con funciones tan complicadas y confusas como “eso” que lleva el emblema Nissan.


Señores diseñadores: Cuenten la cantidad de lámparas que porta Mercedes, Rolls Royce, Bentley o alguna otra marca de diseño distinguido; Conservar la sencillez es siempre la solución más inteligente.

Jeep Liberty / AutosMk

¿Si estas pensando en comprar un auto y quieres asegurarte que es un auto “bien parecido”? Asegúrate que no tenga más de 4 luces frontales.

Fuentes:
 Imágenes: Nissan Media, Fiat Press, Wiki-Media